viernes, 15 de abril de 2011

EL PRI EN DURANGO ANTE LA ELECCIÓN DE 2012



El llamado año de la estructura para el Partido Revolucionario Institucional ya va en su cuarto mes de actividades y parece que al menos en el ámbito de las renovaciones de sus comités municipales ve muy avanzado. El comité directivo estatal casi concluye el nombramiento de sus nuevas dirigencias en los 39 municipios del estado, una tarea que era necesaria luego de los descalabros sufridos en 2010. A la par los sectores y organizaciones han ido realizando lo propio, siendo la CNC quien va más avanzado en este tema. Mucho se dijo en campaña que el voto verde tradicional del PRI había quedado  mucho a deber. También la CNOP y el MT van encaminados pero a un menor ritmo, igual que el ONMPRI, el FJR y el ICADEP.

El proceso de alternancia en las células municipales tendrá que estar completado antes de que termine el primer semestre del año, pues de irse más para allá, no habrá tiempo suficiente para que los nuevos dirigentes tomen las riendas de manera óptima, ya que la elección de 2012 estará en comenzando desde agosto o septiembre con los jaloneos por la candidatura presidencial y los puestos en el Congreso de la Unión.

Pero no es nada más el renovar las estructuras a lo que deben dedicarse los líderes estatales, sino también a la reconciliación con los distintos cuadros que se sintieron desplazados o no tomados en cuenta en el pasado proceso electoral. No todos ellos participaron en contra del partido, pero habría que valorar caso por caso su situación.

El PRI no debe premiar a los traidores, pero tampoco pueden ningunear a quienes simplemente no apoyaron por alguna causa específica. Vamos, no es lo mismo alguien que cambio oficialmente de partido y hasta abanderó una candidatura, a una persona que no participó activamente.

El radicalismo político conduce a las fracturas en los partidos. La tolerancia debe ser una herramienta para la conciliación y el acuerdo. En 2012 el PRI necesitará de todos sus cuadros, militantes y simpatizantes; nadie sobra en la ruta para recuperar la presidencia de la República y la mayoría en la Cámara de Diputados y Senadores.

Gran parte de esta labor de operación política ha faltado, o no ha tenido los alcances suficientes para una verdadera unidad partidista. El discurso no basta para reconciliar intereses, sino acciones concretas, diálogos personalizados; y de parte de aquellos que no participaron hacen falta compromisos serios, que demuestren de forma fehaciente su voluntad de participar, pero no bajo algún condicionamiento o chantaje.

La otra parte que hace falta al PRI es su vinculación con la ciudadanía, con la población en general. El PRI ha perdido la capacidad de abanderar causas sociales, de ser la voz gestora de las clases desprotegidas. Y esto se debe a que gran parte de los funcionarios emergidos del partido, están más concentrados en sus proyectos personales que en ayudar a su instituto político. Y no me refiero a que lo apoyen violando alguna ley, sino concediendo a los dirigentes partidistas su lugar al momento de la gestión. Es lamentable ver como los propios funcionarios hacen a un lado a los dirigentes del partido tan solo por celo político o por una malentendida labor gubernamental.

De igual forma no es justificable que sea el propio partido en el gobierno quien se convierta en oposición, siendo que su labor es la de un respaldo institucional. Esto no quiere decir que se conviertan en cómplices o solapadores de acciones cuestionables o ilícitas, sino que conviertan cuestiones ordinarias en motivo de ataque o en instrumentos de posicionamiento político.

El PRI en Durango tiene una gran tarea para 2012, en donde los factores nacionales jugarán un papel sumamente importante pero no por eso habrá que echar las campanas al vuelo y no hacer lo que corresponde para llegar con una estructura fortalecida a las elecciones.

Los protagonismos políticos y las estrategias mediáticas para posicionarse en tal o cual espacio político son cuestionables y en nada ayudan a la cohesión del PRI, más bien ayudan a la oposición, que mira en estas acciones un síntoma de inestabilidad al interior del tricolor. Las aspiraciones políticas son válidas, las expresiones públicas también, pero se tiene que entender que para todo hay tiempo, y un buen político sabe leer las coyunturas exactas para actuar pero también para replegarse y esperar.

La labor de la dirigencia estatal del PRI ha sido cuestionada y hasta se ha manejado la posibilidad de un cambio. Será la tarea de los priistas determinar si en verdad se han cumplido los objetivos de la encomienda otorgada a Esteban Villegas Villarreal. Pero esta valoración tendría que hacerse de manera objetiva y con argumentos. No es cambiar por cambiar, o “quitar a uno para ponerme a mí”. Tendría que ser un ejercicio a consciencia y no una estrategia mediática para posicionamiento de alguien o de algunos. Si Esteban Villegas no ha cumplido con su labor, que sean los propios priistas que lo decidan, pero si se le da un voto de confianza, es el momento de replantear la estrategia y avanzar en ese rumbo.

Si el PRI no logra llegar unido a 2012 en Durango, con un liderazgo fuerte y unificador, no se avizoran buenos resultados en la elección. Mientras no haya el compromiso de jalar parejos y en torno a una estrategia general, seguirán los rumores y las intrigas al interior del PRI.
twitter: @miltoneloir

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