La reforma política aprobada en el Senado el pasado miércoles ha puesto en la mesa varios temas sumamente interesantes para la discusión y el debate en los círculos políticos. Si bien es cierto aún no se puede decir que las reformas quedarán tal cual lo plantearon los senadores, es bueno hacer un ejercicio de análisis de los alcances que tendrían estas nuevas reglas del juego político. La idea de esta reforma es que aplique para las elecciones de 2012, aunque se ve muy complicado que pueda lograrse. Sin embrago en este ejercicio hipotético haremos de cuenta que si entrará en vigor para la elección del próximo año.
Las reformas más relevantes serían la reelección legislativa; posible reelección de alcaldes, síndicos y regidores; candidatura ciudadana; iniciativa preferente del Presidente y la facultad del presidente hacer observaciones parciales o totales al Presupuesto de Egresos de la Federación.
En el tema de la reelección legislativa será de la siguiente forma: para los senadores solamente les estará permitido por una vez consecutiva y a los diputados federales dos reelecciones consecutivas. Esto es que los senadores podrían durar hasta 12 años en su encargo y los diputados federales hasta 9 años. Tema polémico es que también podrán reelegirse por la vía plurinominal, esto quiere decir que hay la posibilidad de que sin despeinarse se mantengan en la cámara.
Esto significaría que nuestros actuales legisladores federales podrían volver a competir, lo cual significaría que de nueva cuenta en las boletas viéramos a Andrés Galván, Rodolfo Dorador y Ricardo Pacheco en disputa por una senaduría; a Ricardo López Pescador, Ricardo Rebollo, Oscar García Barrón y Pedro Ávila Nevárez disputando una diputación federal. Y por qué no, Gonzalo Yáñez, Yolanda de la Torre, Marcos Cruz, Primitivo Ríos, Bonifacio Herrera y Laura Elena Estada podrían volver a llegar por la vía plurinominal sin problema y mantenerse en sus cargos.
Pero también los legisladores locales tendrían la oportunidad de reelegirse, ya que también lo considera la reforma política. Obviamente tendrían que modificar su Constitución los estados pero la opción ya la tendrían, nada más con la limitante que dicha reelección no tendría que exceder de dos periodos consecutivos. Entonces se abre la puerta igual para que un diputado pudiera durar en su cargo hasta nueve años, no importando si es de mayoría o plurinominal.
Pero no nada más queda en los legisladores, la reforma deja a consideración de los estados que puedan permitir la reelección de los presidentes municipales, síndicos y regidores posiblemente por no más de dos periodos.
Esto no significa que automáticamente se puedan convertir en candidatos nuevamente tan sólo porque están en el cargo, tendrían que ser abanderados por su partido… ¿o no?
Pues no precisamente ya que también quedó legalizada la candidatura ciudadana, la cual permite que no necesites de un partido político para postularte a un cargo de elección popular.
¿Qué consecuencias tendrá esto? Una pérdida real de poder de los partidos políticos debido a que ya no estará en sus manos el monopolio de las candidaturas. Los procesos internos de los partidos para la elección de candidatos se convertirán en un arte de la negociación para evitar rupturas o escisiones. El manoseo por las candidaturas será algo nunca antes visto, ya que ahora tendrán los aspirantes la oportunidad de decir “si no me postulas, me voy como candidato ciudadano” y si no ganan al menos pueden hacer perder al candidato del partido.
De igual forma los que tengan cargo de elección tendrán más oportunidad de ganar los procesos internos debido a disponer de recursos económicos de su responsabilidad, así como un mayor posicionamiento mediático que un nuevo aspirante.
Ahora volviendo al plano de la realidad hay que dejar claro que todavía falta que estas novedades sean aprobadas por la Cámara de Diputados y luego por los Congresos Locales. Donde se antoja que pudiera trabarse un poco la reforma es en San Lázaro, donde un grupo de diputados federales quiere agregar más propuestas y eliminar otras. Es muy complicado que se echen para atrás las candidaturas ciudadanas pero la reelección podría sufrir algunas modificaciones.
Lo que es un hecho es que se ha dado un golpe duro a los partidos políticos, lo cual no necesariamente es positivo. Pero los partidos políticos tienen la culpa del serio descredito que tienen ante la sociedad, por lo que a lo mejor un golpe de esta magnitud puede reencausarlos y hacer que por fin se ajusten a los nuevos escenarios.
Ojalá aunado a todo esto, también se incluyan más mecanismos de rendición de cuentas a los representantes populares. Que haya verdaderas sanciones a quienes incumplan con su labor más allá del castigo en las urnas. Nuestra democracia tiene que seguir fortaleciéndose, porque es parte de cambiar un sistema político que ha quedado demostrado está obsoleto.
twitter: @miltoneloir
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